El Parque Nacional Pali Aike,
ubicado a 196 kilómetros al noreste de Punta Arenas, es considerado un lugar
único por sus peculiares atractivos visuales, en donde se destaca por
encontrarse localizado en la aridez de la estepa de Magallanes y abarcando más
de cinco mil hectáreas sorprende por sus terrenos cubiertos por lava basáltica,
producto de la acción de sus volcanes desde el periodo Plioceno. Su llamativa
vegetación y las especies animales que lo habitan hacen de este lugar un gran
atractivo turístico y científico, pues Pali Aike, se considera dentro de los
lugares arqueológicos más importantes de toda la Patagonia. Uno de los
hitos más reconocidos dentro del parque es la Cueva Pali Aike, donde se han
encontrado evidencias arqueológicas de poblaciones que utilizaron el lugar como
refugio hace más de 11 mil años.
El geólogo, Michael Dobbs,
consultado por El Mercurio sobre áreas que permiten saber más de pueblos
originarios, flora y fauna única de Chile, fue quien recomendó el parque
describiéndolo como “en él se pueden observar guanacos, chingues, zorros,
armadillos y aves, como el carancho y el cernícalo. Pero también se pueden ver
cerca de 2.000 pequeños conos volcánicos y rocas basálticas. La lava de estos
volcanes fue tan poco densa que fluyó, lo que no permitió que se generaran
conos grandes”.
El arqueólogo de la Universidad de
Magallanes (Umag), Alfredo Prieto, indicó que este lugar es muy significativo
para la prehistoria de la región. Ya que en este territorio se inició la
arqueología patagónica. “Este sitio es muy importante en términos arqueológicos
y geológicos, el descubrimiento de las cuevas de Pali Aike, produjeron
información de gran relevancia para la arqueología americana, ya que descubrió
la presencia de fauna extinta, la cohabitación de los humanos con la fauna
extinta, esto fue bastante importante respectó a la prehistoria de América del
sur. En otros aspectos, también tiene una gran relevaría por haber sido un
escenario donde pasaron muchos viajaron, incluso vivieron los aonikenk o
patagones, quienes deambularon hasta principio del siglo XX”.
El Parque Nacional Pali
Aike es un área protegida en la Comuna de San Gregorio, su alcalde,
Edgar Cárcamo, manifestó respectó a este reconocimiento que “como comuna nos
sentimos sumamente privilegiados y orgullosos de que nuestro parque nacional y
sus alrededores sean hoy reconocido por científicos como uno de los sitios
emblemáticos en lo que significa la historia patrimonial cultural y
arqueológica, no sólo de la región, sino que a nivel nacional e internacional”.
Un lugar con belleza apocalíptica
El Parque Pali Aike, lugar se
ubica en la comuna de San Gregorio, a unos 196 kilómetros de Punta Arenas,
cerca de la frontera con Argentina. Esta área protegida se encuentra inmersa en
la estepa de Magallanes, convirtiéndose en uno de los mejores representantes
para describir el paisaje de la región.
Dentro de las cualidades que posee
este atractivo turístico, inmediatamente llama la atención la fauna que convive
en los alrededores previos al parque, el cual se compone principalmente por
armadillos, guanacos y ñandúes. Pero la vida silvestre de este lugar no sería
tan armónica si no existiera la composición de texturas y colores que se pueden
apreciar desde que comenzamos nuestra aventura hacia este parque con tintes
apocalípticos.
Al llegar encontrarás una acogedora
oficina de Conaf; la entrada al parque tiene un valor de dos mil pesos para
adultos, mientras que los adolescentes solo cancelan mil pesos, por lo cual se
recomienda llevar dinero chileno en efectivo; sin embargo niños, adultos
mayores y discapacitados tienen entrada liberada.
En la entrada te recibirá una
guardaparques, quien está capacitada para darte toda la información que
necesitas, como por ejemplo que este parque fue creado en 1970 e incluye 5.030
hectáreas de bosque, volcanes, cuevas y pampas habitadas por guanacos,
armadillos y ñandúes.
Otro dato de importancia histórica
es lo que ocurrió hace más de 11 mil años en la Cueva Pali Aike, sitio donde
encontró evidencia arqueológica de civilizaciones que utilizaron el lugar como
refugio, de seguro para protegerse del clima que distingue a Magallanes.
Además, el parque cuenta con
cuatro senderos importantes: Sendero Cueva Pali Aike, Laguna Ana, Sendero
Cráter Morada del Diablo y Cráter Morada del Diablo a Pozos del Diablo. Aunque
si cuentas con tiempo y consigues autorización, podrás adentrarte a la Cueva Fell,
sector donde podrás apreciar pinturas rupestres que se realizaron desde hace
más de 9 mil.
El “Sendero a Cueva Pali Aike”
tiene una duración aproximada de 30 minutos; este camino es ligero, ideal para
la fotografía y se compone por vegetación y aves que se encuentran con sus
nidos entre los escombros de la cueva. Al llegar a la gruta, desde las alturas
se puede observar una panorámica del parque, ideal para una selfie y subirla a
Instagram.
Luego de este sendero puedes
dirigirte a Laguna Ana, la que tiene una extensión cercana a los 9 mil metros.
En el lugar se encuentra un mirador, el que te permite observar la laguna en
todo su esplendor, aquí se puede apreciar flamencos, pato jergón chico,
cernícalo, entre otros.
Tanto el sendero Cráter Morada del
Diablo como el Cráter Morada del Diablo a Pozos del Diablo, se
caracterizan por tener un trekking dificultoso, ambos son de aproximadamente 45
minutos y se encuentran en el mismo sendero. En el trascurso se puede disfrutar
del paisaje conformado por conos volcánicos de baja altura y campos de lava que
asemejan un paisaje apocalíptico de un planeta lejano.
La mayor parte de la superficie
está cubierta por extensos derrames de lava basáltica, lo que determina la
existencia de vegetación semidesértica. Los terrenos que comprende corresponden
a un extenso campo volcánico que se ha mantenido activo desde el Pliaceno hasta
la actualidad.
Sus exóticos paisajes lunares y la
singular mezcla de tonos grisáceos en los restos volcánicos, producto de la
acción de sus volcanes desde el periodo Plioceno. Su llamativa vegetación y las
especies animales que cohabitan en el parque, lo convierten en un lugar ideal
para estudios geológicos, arqueológicos y de otras disciplinas científicas.
Sin duda el Parque Nacional Pali
Aike es una experiencia incomparable; su particular encanto enamora a cualquier
turista primerizo que busca una experiencia innovadora y que jamás olvidará: la
belleza del extremo sur en todo su esplendor.